El universo de las transacciones inmobiliarias es vasto y siempre en evolución. Las formas de pago al elevar a público una compraventa han mutado con el tiempo, y en la actualidad se han consolidado tres métodos predominantes: la transferencia bancaria normal, la Orden de Movimiento de Fondos (OMF) y el cheque bancario. Estos medios de pago reflejan las necesidades cambiantes y las demandas de seguridad de compradores y vendedores.
Métodos de pago de compraventa más comunes
1. Transferencia bancaria normal: A pesar de ser una modalidad habitual por su sencillez, presenta ciertos riesgos que no deben ser subestimados.
Con una transferencia bancaria normal, el vendedor no tiene garantías inmediatas:
• En cuanto a retrasos: El dinero puede tardar en aparecer en la cuenta del vendedor.
• En cuanto a cancelaciones: Si el comprador revoca la transferencia o no tiene fondos, el vendedor no recibe el dinero.
• Sin certezas al momento: A diferencia de otros métodos, no hay garantía inmediata de que el dinero esté disponible y en camino.
Aunque parece la opción más fácil, la transferencia normal tiene sus riesgos, y el vendedor puede quedarse esperando un pago que podría no llegar.
2. Orden de Movimiento de Fondos (OMF): Esta modalidad ha ganado terreno por la seguridad que otorga a ambas partes. A través de la OMF, el comprador instruye a su banco para que realice una transferencia a una cuenta específica en una fecha y hora determinadas. La ventaja radica en que garantiza tanto la existencia como la retención de los fondos, generando confianza en el vendedor. Además, tiene la comodidad de que el dinero llega directamente a la cuenta del beneficiario, sin necesidad de realizar acciones adicionales.
3. Cheque bancario: Aunque el cheque bancario tiene la seguridad de ser emitido por la propia entidad financiera y, por ende, garantiza la disponibilidad de fondos. La única inconveniente es que quien recibe el cheque debe desplazarse hasta su entidad bancaria para hacerlo efectivo, lo que puede ser considerado incómodo. Sin embargo, en el ambiente notarial, este medio tiene una ventaja significativa: la transacción se agiliza. Al tener el cheque en mano, no es necesario esperar a que se concrete una transferencia, que en ocasiones puede demorar.
A pesar de que en el pasado el cheque conformado era una opción común, hoy día ha caído en desuso. A pesar de que este tipo de cheque garantizaba la existencia de fondos, no aseguraba su retención, lo que podía conllevar riesgos similares a los de una transferencia bancaria normal.
¿Cuál es la forma de pago más económica?
A la hora de ponderar cuál es la forma de pago más económica, hay que considerar no solo las tarifas bancarias, sino también el equilibrio entre costo y comodidad. Las OMF y los cheques bancarios pueden tener un costo asociado más alto que una transferencia simple, pero ofrecen un grado de seguridad y practicidad que muchos consideran justifica ese gasto adicional.
En resumen, al afrontar una compraventa inmobiliaria, es esencial sopesar los beneficios y desventajas de cada método de pago, equilibrando la seguridad, la comodidad y la eficiencia económica para garantizar una transacción exitosa para ambas partes. Se recomienda contar con asesoría legal y financiera para garantizar que la transacción se lleve a cabo de manera adecuada y segura.